Capaz de tejer el tiempo, Adelice es exactamente lo que la
Corporación está buscando, y en Arras ser elegida tejedora es todo a lo que una
chica puede aspirar. Ser hilandera significa privilegios, riqueza y belleza
eterna. Pero no solo eso, también significa tener la facultad de bordar la
esencia de la vida. Pero para ello hay que pagar un precio que Adelice no está
dispuesta a asumir, puesto que deberá controlar absolutamente todo lo que las
personas son: lo que comen, dónde viven, cuántos hijos tienen… Por ello,
Adelice está dispuesta a fallar en las pruebas para ser tejedora, pero
traicionar a la Corporación no resultará tan sencillo...
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